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Hasparren debe su nombre a los robledales que una vez lo rodearon. Entre los sitios y monumentos notables de la ciudad se encuentra la iglesia de San Juan Bautista. Construido a finales del siglo XIX, sus dimensiones son impresionantes: con una capacidad de 1800 fieles, incluye dos pisos de galerías de madera. La capilla del Sagrado Corazón, construida en la década de 1930, se distingue por el imponente mosaico que adorna su coro y las notables pinturas murales, a medio camino entre el estilo bizantino y el art-deco. Hasparren es también conocido por haber acogido al poeta Francis Jammes desde 1920 hasta su muerte en 1938. Su casa con persianas verdes, la casa Eyhartzea, ha sido restaurada para albergar asociaciones de la ciudad, así como diversas exposiciones. Es posible visitar gratuitamente el taller de ARCA, especializado en la conservación y restauración de obras pintadas. Un paseo por el centro del pueblo le sumergirá en la cultura vasca a través de las calles que llevan el nombre de los jugadores de pelota, la típica arquitectura labordine, y el frontón que ofrece un panorama excepcional del monte Ursuya. Las tradiciones vascas están vivas: junto a los torneos de pelota, también se organizan frecuentemente nuevos torneos de bolos. Por último, Hasparren se encuentra en el corazón de un entorno natural privilegiado: los páramos de Hasparren, situados en la zona Natura 2000, están salpicados de senderos de senderismo regularmente sobrevolados por los buitres.
Desde el camping La ferme Erromardie, es posible llegar a Hasparren en 35 minutos por la autopista A64. Una ruta más turística de 50 minutos le llevará a través de Saint-Pée-sur-Nivelle, Espelette y Cambo-les-Bains: la oportunidad de descubrir las bellezas de el interior vasco!