5 lugares imprescindibles que visitar en el País Vasco español

San Sebastián: playas y gastronomía

Enclavada en las suaves montañas de color verde esmeralda, la bahía de San Sebastián ofrece al visitante un panorama excepcional: sus dos playas de arena dorada en forma de media luna, La Concha y la playa de Ondarreta, bordeadas por el azul del océano. Sube en funicular hasta la cima del monte Igueldo, en el extremo occidental de la bahía, y la vista es impresionante. Pero la ciudad esconde muchos otros tesoros: esta capital gastronómica del mundo está repleta de restaurantes especializados en pintxos, renombradas miniaturas gastronómicas. Sumérgete directamente en el centro histórico para sentir vibrar la ciudad, ya que las estrechas calles rebosan de bares, restaurantes y elegantes boutiques. No te pierdas los notables edificios históricos, como la basílica barroca de Santa María, la iglesia gótica de San Vicente o la asombrosa plaza de la Constitución, cada una de cuyas ventanas lleva un número en recuerdo de su pasado como plaza de toros. ¡Una experiencia inolvidable durante tus vacaciones de camping en el País Vasco español!

Bilbao: cultura y patrimonio

Visitar Bilbao es como caminar por una fina línea entre el pasado y el futuro. Sin duda habrás planeado venir a ver el Museo Guggenheim, la joya de la corona del arte contemporáneo, un fantástico diamante que brilla a orillas de la Ría de Bilbao, que atraviesa la ciudad. Mundialmente conocido y reconocido tanto por su arquitectura innovadora y futurista, obra de Frank Gehry, como por la calidad y diversidad de las obras expuestas, el museo ha impulsado por sí solo el potencial turístico de Bilbao. Sin embargo, sería una pena no dedicar tiempo a visitar el rico patrimonio arquitectónico de la ciudad. No te pierdas la ría y sus puentes, especialmente el Puente de Vizcaya, el casco viejo de Portugalete y la Basílica de Santa María, el suntuoso Teatro Arriaga, la impresionante Plaza Nueva y sus 3.400 metros cuadrados, las numerosas iglesias de estilo barroco, gótico o gótico vasco, y el barrio de Siete Calles, rebosante de cultura y vida.

Fontarrabie: encanto y arte de vivir

A menudo eclipsada por la fama de San Sebastián, la ciudad de Fontarrabie es, sin embargo, un pequeño paraíso al abrigo del turismo de masas. Es una encantadora ciudad amurallada con el típico encanto vasco, donde puedes pasear por el laberinto de calles serpenteantes del centro histórico y admirar varios monumentos notables, como el castillo construido por el emperador Carlos V. Cerca está el barrio de la Marina, con sus terrazas, sus coloridas casas de pescadores, el puerto pesquero y la amplia y agradable playa de Hondarribia. La ciudad también cuenta con una impresionante concentración de restaurantes gourmet especializados en cocina vasco-española, así como bares de pintxos y discotecas que la convierten en una festiva estación balnearia.

Guernica: memoria y renacimiento

Guernica, que se hizo famosa por la obra de Pablo Picasso que lleva el nombre de la ciudad, fue arrasada casi por completo por las fuerzas alemanas e italianas durante la Guerra Civil Española. Guernica no tiene centro histórico, pero la ciudad cuenta con numerosos lugares conmemorativos que rinden homenaje al pasado de este bastión de la resistencia republicana y meca de la cultura vasca. Descubre la Casa de Juntas de Bizkaia y el Árbol de Guernica, el Museo de la Paz y el Parque de los Pueblos de Europa. Para reponerte de tus emociones, no puedes dejar de visitar el mercado de los lunes de Guernica, auténtica institución en el País Vasco, un lugar de convivencia y encuentro donde encontrarás todos los productos que dan fama a la gastronomía de la región.

Pamplona: fiestas y tradiciones

Ernest Hemingway, hijo adoptivo de la ciudad, celebró las fiestas en una de sus obras, «También sale el sol», y también dan fama mundial a Pamplona con el «Encierro», la famosa carrera en la que 6 toros persiguen a los participantes durante 800 metros hasta la plaza de toros. Cada año, del 6 al 14 de julio, no menos de 3 millones de personas salen a las calles de la ciudad, todos vestidos de blanco y rojo, para participar en las fiestas y el espectáculo. Pero también es muy agradable pasear por la ciudad vacía de estas multitudes y descubrir un encantador centro histórico medieval con sus calles empedradas, murallas fortificadas y numerosas plazas bordeadas de casas del siglo XVIII con torreones. Y, por supuesto, como ciudad vasca y española, ofrece un gran recorrido festivo y gastronómico.